Literartuber 2021 Relatos 28, 29, 30 y 31

Literartuber2021

Relatos 28, 29, 30 y 31








#LITERARTOBERCorazón


¿Amor o Hambre?

Debía hacerlo... Debía.

Pero no podía, no me atrevía a robar vidas inocentes de esta manera. Sé que era ir en contra de mi propia naturaleza, de nuestra especie y de seguir negándome lo único que pasaría es que los míos me repudiaran. Han intentado convencerme, amenazado y me han obligado y en el último momento, simplemente no podía hacerlo.

Se que por cada corazón que consumiera, me haría más bella y longeva, a pesar de ser de las más jóvenes, físicamente aparentaba ser de las mayores, incluso mi madre parece mi hija adolescente y sé a la perfección que con esta apariencia es más difícil poder atraerlos, por eso han cazado algunos y me los han ofrecido, aunque el propio olor cuando lo acerco a mi boca me producen arcadas.

No me queda mucho tiempo, soy consciente de ello y aún así no puedo.

Alimentarme de otras especies solo retrasa un poco lo inminente. Ha llegado el punto de que mi madre y hermanas me lo han suplicado, lloran incluso cuando creen que no las veo.

No quiero morir, por lo menos no en este momento.

Quiero enamorarme, que alguien me deseé. Sentirme como hace no sé, ¿cincuenta... cien años habrán pasado ya? Hubo un chico que me hizo sentir viva, humana, casi humana y no un monstruo que debe alimentarse de sangre de corazones humanos. Él vio más allá de los demás y dejé que conociera mi alma, aquello le aterró cuando le confesé que era una sirena, creyó que las leyendas eran ciertas y mi voz lo hechizó. En realidad yo lo amaba.

Estaba preparada para despedirme, quizá por eso me acerqué a la playa y lo vi, ahí estaba. No era posible, pero era él.

Por ese motivo cuando me volvieron a ofrecer alimento lo acepté, quería tener tiempo, verlo de nuevo e investigar si era familiar de él.

Mi familia me ha negado esa posibilidad, vieron que me fijé en él y creyeron que era por hambre... Jamás les perdonaré que le hayan arrebatado su vida para otorgármela a mi.













#LITERARTOBERViento


Amor A Primera Vista

Era muy pequeño la primera vez que escuché el viento chillar de aquella manera, me asusté mucho. Mi padre me explicó la razón de que sonara de esa manera, que era porque se hacían corrientes en lugares estrechos.

Viviendo después en un lugar donde habían demasiados edificios, recordé sus palabras y comprendí la razón aunque parecía estuviera dentro de una película de terror y el asesino estaba por aparecer en cualquier momento.

Con el tiempo me acostumbré a dormir incluso con este sonido.

Una noche salí tarde del trabajo y dado que vivía muy cerca de la oficina, no me preocupaba en llevar el automóvil, prefería caminar un rato, algo que me servía para mantenerme en forma y estirar las piernas, pasaba demasiado tiempo sentado y un poco de ejercicio no me caía mal.

Normalmente no me gusta tomar atajos, prefiero ir por la avenida principal y evitar meterme entre calles donde sería mucho más fácil ser atracado.

En cuanto salí, el aire se sentía húmedo y frío, no tardaría en llover,  debía apurarme y caminar por dónde no acostumbro.

No había ningún alma en la calle y se acercaba la medianoche, estaba a punto de llegar, solo tenía que atravesar el puente que pasaba por el río, en realidad era del drenaje y no uno natural. Varias casas estaban construidas alrededor y no creí que sucediera nada, había escuchado algunas historias, pero no creía en ellas.

A mitad del puente, escuché el viento, pero había algo más, la voz de una mujer lamentándose hacia coro. Con las piernas temblorosas, me giro, y la veo vestida de blanco.

Se va acercando y no tengo miedo, además no me puedo mover, es como si mis pies estuvieran anclados en el suelo y ansiaba que se acercará a mi.

—¡Ay mis hijos! 

Grita a unos centímetros de mi rostro antes de comerme la boca.

—¡Ay mis hijos! 

Continúa besándome y me avienta directo a la barranca, su belleza me tenía anonadado y no me resistí.

Mi cráneo se partió en dos en cuanto llegó al fondo.













#LITERARTOBERBúho


Herencia

No entendía porque mi abuelo tenía un búho disecado en su sala. Siempre me dio miedo, daba la impresión que ese animal me seguía con la mirada. Era ridículo considerando que estaba muerto. En aquel entonces era un niño.

Pasó el tiempo, mi abuelo falleció y me heredó su propiedad con todo lo que había en su interior. Estaba a punto de casarme, me venía de lujo tener casa propia. Mi novia no podía creer mi suerte, así que los meses que faltaban los aprovechamos para remodelarla, pintamos y donamos algunos muebles a la beneficencia.

A ella le sucedía lo mismo con el búho y quería deshacerse de él, algo imposible, estaba estipulado en el testamento. Por lo que lo empacamos y subimos al desván.

Al día siguiente, estaba ahí en lo alto del estante dónde siempre estuvo. Ambos creímos que el otro había decidido bajarlo, y volví a subirlo. Una, dos, tres... cinco veces y fue cuando le dije que no lo quería ver, que dejara de colocarlo de nuevo, ella dijo que pensó era yo quien lo hacía, incluso entre risas nerviosas dijimos que estábamos en una casa embrujada y decidimos no tocarlo hasta decidir qué hacer.

La casa ya estaba lista, solo eran detalles, esa tarde me hablaron del trabajo, que había un problema y tenía que ir a la oficina. Decidió quedarse para terminar y regresaría más tarde por ella.

Unas horas más tarde lo hice, la casa estaba sola, se había marchado, le hablé por teléfono, le mandé muchísimos mensajes y no respondió. Quizá creyó que estaría molesto porque lo que le hizo al animal disecado, tenía plumas arrancadas y parecía que intentó quemarlo.

Los días, semanas... meses pasaron y no dio señales de vida. Hubo una investigación, fui hasta acusado de que algo le hice, estaba destrozado, me había abandonado.

Decidí vivir en el hogar que habíamos preparado, y el día de nuestra boda me emborraché, y fue cuando la vi. Ella nunca dejó la casa ni a mí. Los ojos del búho son diferentes, ahora me recuerdan a los de ella.













#LITERARTOBERFuego

Hoguera


Desde niña, siempre llamó mi atención, robaba la caja de cerillos y en mi habitación prendía uno a uno hasta que se consumían casi en su totalidad, algunas veces me quemé, pero no le daba importancia.

No es que fuera piromanía o algo parecido, solo me gustaba ver el fuego. Quizá por eso fui creciendo continúe haciéndolo y cuando me daban permiso encendía una pequeña fogata en el jardín con el pretexto de quemar bombones.

En mi habitación siempre tenía alguna vela encendida y me encantaba pasar mi mano por la llama.

Cuando la casa de mis padres se quemó, inmediatamente las miradas fueron en mi dirección, yo juré que no tenía nada que ver con el siniestro y solo hasta que las autoridades dijeron que fue un corto circuito, me pidieron disculpas, pero nunca las sentí realmente sinceras.

Este no fue el único incendio que estuvo cerca de mi. La biblioteca, la casa de mis abuelos, la de una amiga, una cafetería, incluso hasta mi automóvil... Yo estaba cerca y el fuego parecía querer estar cerca.

No era mucho de ir a fiestas, en la universidad me invitaron a una de Halloween. Era un mar de gente, demasiada para el espacio en que estábamos, todo iba bien hasta que alguien gritó «¡fuego!» el caos de inmediato se apoderó de todos, comenzaron a correr, la mayoría pudo salir casi ilesos, yo quedé atrapada. Era curioso, siempre lo admiré e iba a terminar con mi vida. El fuego ya casi lamía mi piel, el humo ya no me dejaba respirar...

Y fue cuando la verdad fue revelada. No era porque estuviera intoxicada con alguna sustancia o el humo. Mi vida, en mis vidas pasadas, una y otra vez fue quemada hasta morir. La gente que me observaba me gritaban «bruja», como el disfraz que hoy decidí usar.

Era mi destino morir de nuevo de esta manera. Un bombero estaba frente a mi, aún no era mi tiempo. Casi alcanzábamos la salida, algo nos golpeó y bloqueó la puerta. 

Una vez más por ser una bruja, morí bajo las llamas.









Comentarios

Entradas populares